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Este es un espacio donde se profundizará en el conocimiento del ser humano, su comportamiento y su espíritu, así como encontrarás documentos que te serviran para reflexionar acerca de muchas cosas de la vida y libros que te abordaran temas diversos

viernes, 13 de abril de 2012

MIEDO A LA MUERTE


Miedo de la muerte
Venza el miedo a la muerte valorando la vida y considerando que la felicidad es consecuencia de una vida feliz. Su felicidad puede ser alcanzada independientemente del hecho de que la muerte es inevitable. Intente establecer que su felicidad puede ocurrir en el breve espacio de tiempo de su vida, sin importar su duración. Sus creencias sobre lo que sucederá después de la muerte pueden ayudarlo, pero también hacerle formar una idea falsa de que será muy diferente a lo que vive hoy. Cualquiera que sea su concepto de vida después de la muerte es, aunque no crea en nada, viva como si cada día fuese el primero y el último de su vida. La muerte debe encararse como un gran alivio a la conciencia, aunque eso no siempre ocurra, pues nos permite penetrar en el inconsciente divino, en el cual todo puede ser explicado. Permítase ser feliz con o sin miedo a la muerte. Deje que ella venga a su tiempo y con su propio mensaje. El miedo a la muerte en la conciencia impide que la felicidad encuentre en ella su campo de realización. No permita que ese miedo permanezca mucho tiempo en aquel campo, dándole atención cuando las situaciones así lo exijan. La felicidad pasa por la conciencia de la muerte como una necesidad del cuerpo y de la mente.
Sin ella la totalidad de la vida no cabría en el cuerpo perecible y en la conciencia limitada. Por lo tanto sea feliz, aún sabiendo que la muerte es inevitable a partir del momento de nacer.
Adenáuer Novaes
FELICIDAD SIN CULPA

jueves, 12 de abril de 2012

EL PROBLEMA DEL SER



El Problema del Ser El primer problema que se presenta al pensamiento es el del propio pensamiento, o, antes, del ser pensante.
Es esto, para todos nosotros, asunto capital, que domina todos los otros y cuya solución nos reconduce al mismo origen de la Vida y del Universo.

¿Cual es la naturaleza de nuestra personalidad? ¿Comporta un elemento susceptible de sobrevivir a la muerte? A esta respuesta están sujetas todas las aprehensiones, todas las esperanzas de la Humanidad.

El problema del ser y el problema del alma se funden en uno sólo. Es el alma la que da al hombre su principio de vida y movimiento. El alma humana es una voluntad libre y soberana, es la unidad consciente que domina todos los atributos, todas las funciones, todos los elementos materiales del ser, como alma divina domina, coordina y une todas las partes del Universo para armonizarlas.
El alma es inmortal, porque la nada no existe y ninguna cosa puede ser aniquilada, ninguna individualidad puede dejar de ser. La disolución de las formas materiales prueba simplemente una cosa: que el alma está separada del organismo por medio del cual comunicaba con el medio terrestre. No deja, por ese hecho, de proseguir su evolución en nuevas condiciones, bajo formas más perfectas y sin perder nada de su identidad.

Cada vez que ella abandona su cuerpo terrestre, se encuentra nuevamente en la vida del Espacio, unida a su cuerpo espiritual, del que es inseparable, la forma imponderable que para sí preparó con sus pensamientos y obras.
Ese cuerpo sutil, esa duplicación fluídica existe en nosotros en estado permanente. Aunque invisible, sirve, entretanto, de molde a nuestro cuerpo material.

Este no representa, en el destino del ser, un papel más importante. El cuerpo visible, o cuerpo físico varía. Formado de acuerdo a las necesidades de la vida terrestre, es temporal y perecible; se desagrega y disuelve cuando muere. El cuerpo sutil permanece; preexistiendo al nacimiento, sobrevive a las descomposiciones de la muerte y acompaña al alma en sus transmigraciones. Es el modelo, el tipo original, la verdadera forma humana, a la cual viene a incorporarse temporalmente las moléculas de la carne. Esa forma sutil, que se mantiene en medio de todas las variaciones y de todas las corrientes materiales, mismo durante la vida puede separarse, en ciertas condiciones, del cuerpo carnal, y también actuar, aparecer, manifestarse a la distancia, como veremos más adelante, de modo a probar de manera irrecusable su existencia independiente.

EL PROBLEMA DEL SER, DEL DESTINO Y DEL DOLOR "LEON DENIS"